LA ALEGRÍA DE LA REHUERTA

Es tiempo de sembrar las habas y los guisantes. 

Para ayudar a la germinación, vamos a dejar las semillas toda la noche en remojo, mejor aun si es en agua caliente.

Tenemos cuatro variedades de habas:

Y cinco variedades de guisantes:

Elegimos distintas variedades tanto de habas como de guisantes de origen ecológico certificado, una variedad antigua y rústica conservada por el banco de semillas de Amayuelas (ecológicas también) y una variedad convencional que se vende en temporada en el mercado de abastos de Soria, y compararemos.

Las habas y los guisantes suelen sembrarse directamente en la tierra, porque no aguantan bien el trasplante a raíz descubierta. Sin embargo la competencia de las hierbas adventicias (las conocidas injustamente como “malas hierbas”) pueden hacer fracasar el cultivo, más en estas fechas de lluvias, o sobrecargarnos con el trabajo de desherbado, así que yo las planto primero en un plantel de los de vivero de 216 senos. De esta forma llegarán a una tierra acolchada con paja, con un tamaño suficiente como para que las otras hierbas (que dificilmente brotarán con la paja) no supongan un problema y haré el transplante con un pequeño cepellón que cubra la raíz.

Cuando se siembra directamente en la tierra, se suelen poner unas tres semillas por golpe (en el lugar donde debe ir cada planta), para compensar los posibles defectos de germinación, después, si han crecido varias plantas en un mismo espacio, se despeja quitando las plantas más débiles, dejando en la tierra las más fuertes. Haciéndolo en plantel, siembro el triple de plantas que necesito, también para prever los fallos de germinación: 30 semillas de cada variedad de haba (120 semillas en total) y 20 semillas de cada variedad de guisantes (100 guisantes en total).

Ponemos tierra en el plantel, como para llenar los senos a la mitad, la aplastamos y regamos. Ponemos las semillas remojadas, una en cada seno del plantel, cubrimos de nuevo con tierra y volvemos a compactar y regar. Es importante regar con una regadera con el difusor bien limpio, de lo contrario, si el agua cae con fuerza, puede lavar la tierra y dejar la semilla descubierta.

Conviene mantener la tierra siempre húmeda. Y un consejo: cubrid el plantel con una malla, o una arpillera dejando suficiente espacio como para que nazcan las plantas, por ejemplo pinchando unos palos de pincho moruno en la tierra, de este modo evitaréis que los gatos puedan tumbarse encima de la tierra oscura y calentita y que los pájaros se coman la simiente.

Ahora solo queda esperar a que las plantas crezcan (unos cinco dedos) y tengan dos filas de hojitas, entonces será el momento de trasplantarlas a la tierra.

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